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Información sobre los lunares: ¿Cómo saber si son cancerígenos? ¿Cómo tratarlos?

Los lunares son un tipo común de crecimiento en la piel. A menudo aparecen como pequeñas manchas, de color marrón oscuro y son causadas por grupos de células pigmentadas.

Generalmente aparecen durante la infancia y la adolescencia. La mayoría de las personas tienen 10 a 45 lunares, casi todos los cuales aparecen antes de los 40 años de edad. Algunos lunares pueden desvanecerse o desaparecer a medida que envejece.

Tipos de lunares

Los lunares, también conocidos como nevos, pueden variar en apariencia y características. Hay varios tipos diferentes de lunares, y aquí te mencionaré algunos de los tipos más comunes:

Nevos melanocíticos comunes:

Estos son los lunares típicos que la mayoría de las personas tiene. Suelen ser de color marrón o negro y tienen un borde definido y una forma redonda u ovalada. Por lo general, son benignos y no representan un riesgo significativo de cáncer de piel.

Nevos displásicos:

También conocidos como nevos atípicos, estos lunares tienen características irregulares que pueden ser una señal de alerta. Suelen ser más grandes, tener bordes irregulares y variaciones de color. Los nevos displásicos pueden tener un mayor riesgo de convertirse en melanoma y deben ser vigilados de cerca por un dermatólogo.

Nevos congénitos:

Estos lunares están presentes al nacer o aparecen poco después del nacimiento. Pueden variar en tamaño y color y a menudo son inofensivos. Sin embargo, algunos nevos congénitos pueden ser más grandes o tener un mayor riesgo de convertirse en melanoma.

Nevos de unión:

Estos lunares se desarrollan en áreas donde la piel se pliega, como en las axilas o el cuello. Son de color marrón claro y generalmente son inofensivos.

Nevos de la edad:

Son lunares que aparecen con el envejecimiento de la piel y tienden a ser de color marrón claro o beige. A menudo se encuentran en áreas expuestas al sol.

Nevos de Spitz:

Estos lunares pueden parecerse al melanoma en apariencia, pero son generalmente benignos. Pueden ser rojos, marrones o rosados y tener una forma elevada y un borde irregular.

Nevos azules:

Estos lunares son de color azul o azul-negro y suelen ser pequeños y uniformes en color y forma. Por lo general, son inofensivos, pero los cambios en su apariencia deben ser evaluados por un médico.

Nevos compuestos:

Son lunares que tienen una parte elevada y una parte plana. Pueden variar en color y apariencia.

Recuerda que la mayoría de los lunares son benignos, pero es importante estar atento a cualquier cambio en su apariencia o cualquier lunar nuevo, ya que algunos tipos de lunares tienen un mayor riesgo de volverse cancerígenos, especialmente si experimentan cambios significativos. Si tienes dudas o preocupaciones sobre algún lunar en particular, te recomiendo que consultes a un dermatólogo para una evaluación profesional.

¿Cómo se tratan los lunares?

Si un dermatólogo cree un lunar debe ser evaluado más o eliminado por completo, él o ella se primero tomara sólo una pequeña muestra de tejido del lunar para examinar secciones delgadas del tejido bajo un microscopio (biopsia). Este es un procedimiento simple. (Si el dermatólogo piensa el lunar podría ser canceroso, cortara a través del lunar para evitar que el cáncer se propague.)

Si el lunar se sospecha que pueda  ser canceroso, y fue tomada sólo una pequeña sección de tejido, el dermatólogo lo eliminará cortando todo un borde de la piel a su alrededor, y coserá la herida.

¿Cómo puedo saber si lunar es cancerígeno?

La gran mayoría de los lunares no son peligrosos. Los lunares que tienen más probabilidades de ser cancerígenos son los que aparecen por primera vez después de 30 años de edad. Si nota cambios en el color de un lunar, altura, tamaño o forma, usted debe ir a un para evaluarlo. Usted también debe comprobar si sangran, exudan, pican, o se tornan sensibles o dolorosos.

Si tienes preocupaciones sobre un lunar, te recomiendo que consultes a un médico para una evaluación adecuada. Aquí hay algunas pautas generales para ayudarte a evaluar los lunares:

  1. Asimetría: Un lunar benigno suele ser simétrico, lo que significa que si divides el lunar en dos mitades, ambas partes deben ser iguales en forma y tamaño. Si el lunar es asimétrico, podría ser motivo de preocupación.
  2. Bordes irregulares: Los lunares benignos tienden a tener bordes suaves y regulares. Los bordes irregulares o dentados pueden ser un signo de preocupación.
  3. Color uniforme: Los lunares generalmente son de un solo color uniforme. Si un lunar tiene múltiples colores, como tonos de marrón, negro, rojo o azul, eso podría ser un signo de alarma.
  4. Diámetro: Los lunares benignos suelen tener un diámetro pequeño, generalmente menos de 6 mm (aproximadamente el tamaño de un borrador de lápiz). Los lunares más grandes podrían ser motivo de preocupación.
  5. Evolución: Presta atención a cualquier cambio en el lunar con el tiempo. Si un lunar comienza a crecer en tamaño, cambia de forma, cambia de color, pica, sangra o se vuelve doloroso, debes consultar a un médico de inmediato.
  6. Historia personal y familiar: Si tienes antecedentes personales o familiares de cáncer de piel o si has tenido lunares cancerígenos en el pasado, es importante que seas especialmente vigilante y consultes a un dermatólogo regularmente.

Recuerda que estas pautas son solo indicativas y no sustituyen la evaluación de un profesional de la salud. Si tienes preocupaciones sobre un lunar en particular, te insto a que busques la opinión de un dermatólogo o un médico especializado en piel. El cáncer de piel, como el melanoma, puede ser grave, pero si se detecta y trata a tiempo, las posibilidades de curación son mucho mayores.

Qué es un melanoma?

El melanoma es un tipo de cáncer de piel que se desarrolla a partir de las células llamadas melanocitos, que son las células responsables de producir el pigmento melanina que da color a la piel, el cabello y los ojos. El melanoma se considera uno de los tipos más agresivos de cáncer de piel debido a su capacidad para propagarse rápidamente a otras partes del cuerpo si no se detecta y trata a tiempo.

Los melanomas suelen originarse en la piel, pero también pueden desarrollarse en otras partes del cuerpo donde se encuentran melanocitos, como los ojos (melanoma ocular) y las membranas mucosas, como en la boca o el tracto gastrointestinal.

Los factores de riesgo para desarrollar melanoma incluyen la exposición excesiva a la radiación ultravioleta (UV) del sol o camas de bronceado, antecedentes familiares de melanoma, tener muchos lunares o nevos atípicos y una piel clara que se quema fácilmente con el sol.

Para identificar el melanoma, se utilizan el ABCDE para evaluar la apariencia de los lunares:

A – Asimetría: Si divide el lunar en dos mitades, ¿son simétricas o asimétricas?

B – Bordes irregulares: ¿Los bordes del lunar son suaves o irregulares?

C – Color: ¿El lunar tiene varios colores o un solo color uniforme?

D – Diámetro: ¿El lunar tiene un diámetro mayor de 6 mm (aproximadamente el tamaño de un borrador de lápiz)?

E – Evolución: ¿Ha cambiado el lunar con el tiempo en términos de tamaño, forma, color o síntomas como picazón o sangrado?

Si notas cambios en un lunar o un nuevo crecimiento en la piel que muestra estas características preocupantes, es importante que consultes a un dermatólogo para una evaluación más detallada. El diagnóstico temprano del melanoma es fundamental para un tratamiento efectivo y mejores resultados en la lucha contra esta enfermedad. El tratamiento del melanoma puede incluir cirugía, radioterapia, inmunoterapia y terapia dirigida, según la etapa en que se detecte y la extensión del cáncer.

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