En primer lugar, debemos comenzar conceptualizando a los Convenios Colectivos de Trabajo (CCT) como los acuerdos que se celebran entre una asociación sindical que cuente con la personería gremial instituida por la autoridad de aplicación, y una empresa o grupo de empresas, o la cámara de empleadores, y que luego si cumple con las reglas del orden público laboral es instituido por la Autoridad de Aplicación que suele ser el Ministerio de Trabajo.
Los Convenios Colectivos de Trabajo buscan fijar normas para que rijan las relaciones y las condiciones laborales dentro de una mismo oficio o categoría profesional, y pasa a ser obligatorio para los que lo suscribieron y también para los que no lo suscribieron, pero que se encuentran comprendidos dentro de su ámbito de aplicación.
Al celebrarse los Convenios Colectivos de trabajo deben hacerse por escrito y especificar que categoría de trabajadores, el período de vigencia del CCT, el lugar y la fecha de celebración, los nombres y acreditación necesaria de los intervinientes, como también cuales van hacer las materias que se van a negociar.
Una vez celebrado el Ministerio de Trabajo o la autoridad de aplicación que en su futuro la reemplace deberá homologar el acuerdo para que sea obligatorio para las partes. Dicha homologación consiste en un acto administrativo donde se verifica la legalidad, oportunidad y conveniencia.