Lo que a veces se llama una alergia al gluten es en realidad la intolerancia al gluten. Una alergia alimentaria es una reacción del sistema inmune, mientras que cuando el cuerpo reacciona al gluten (una proteína que se encuentra en el trigo y otros granos), es en realidad una reacción gastrointestinal.
Los síntomas de la intolerancia al gluten varían de persona a persona, la cual es una de las razones es difícil de diagnosticar. Algunos de los síntomas físicos de la intolerancia al gluten incluyen dolor abdominal, gases, hinchazón, estreñimiento, diarrea, náuseas y vómitos. Como resultado de estos síntomas gastrointestinales, una persona que sufre de intolerancia al gluten puede experimentar pérdida de peso, anemia y bajo consumo o mala absorción de nutrientes. Debilidad, fatiga crónica y problemas de memoria y concentración pueden producirse también.
Además de los síntomas gastrointestinales y los problemas que causan, otros síntomas de la intolerancia al gluten incluyen irritación de la piel, dolores de cabeza, dolor en las articulaciones, calambres musculares y trastornos neurológicos, incluyendo sensación de hormigueo o entumecimiento en las manos y los pies e incluso convulsiones. La intolerancia al gluten también puede causar irritabilidad, cambios de comportamiento y la depresión, así como la infertilidad y la pérdida fetal. En los niños, la intolerancia al gluten puede causar aumento de peso, retraso del crecimiento, baja estatura o retraso de la pubertad.